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Una historia de ventas poco común: Herbert F. Johnson, padre utilizaba el fondillo de sus pantalones para vender

Incluso cuando la compañía todavía era bastante pequeña, Herbert F. Johnson, padre, el líder de la segunda generación, soñaba en grande. Pensaba que nuestros productos de cera podrían tener éxito tanto dentro como fuera de los Estados Unidos. Todo lo que deseaba era una oportunidad para probarlo. 

La tradición de la compañía cuenta que Herbert nunca fue tan persuasivo como en su viaje de reconocimiento inicial para establecer un negocio internacional. Eligió Inglaterra como su primer objetivo.

La historia cuenta que, equipado con una lata de cera Johnson, y vestido con su traje de lanilla blanca característico, Herbert visitó una ferretería tras otra. En uno de sus intentos más dramáticos por hacer una venta, ofreció al ocupado comerciante una oportunidad irresistible. 

“Este producto no solo limpiará el piso”, prometió; “lo dejará tan brillante que podría arrastrarme por el suelo sin ver ninguna suciedad en el fondillo de mis pantalones”.
Herbert F. Johnson, padre, era reconocido por sus impecables trajes de lanilla blanca.

Pulido de la historia de SC Johnson

El incrédulo comerciante observó a Herbert mientras se recogía las mangas, pulía el piso y luego se sentaba para que lo arrastraran por el piso. Con la prueba del trasero limpio de Herbert, se cerró el negocio. Y para 1914, Herbert había inaugurado la primera compañía internacional de SC Johnson en Inglaterra.

Al llevar a cabo una venta como al mostrar respeto a las personas que elaboran los productos, Herbert entendió y vivió una verdad fundamental: La buena voluntad de la gente es lo más importante en los negocios. La innovación, las aspiraciones y el entusiasmo producen buena voluntad, y Herbert las vivió al máximo.

Tal vez no mantuvo tan limpio su traje blanco, pero dejó una marca indeleble en el carácter de nuestra compañía.