Cada año en el Anuncio de Resultados Financieros, la familia Johnson comparte con los empleados no solo la situación del negocio, sino que también sus aspiraciones para el futuro. Durante la víspera de Navidad en 1927, Herbert pronunció un discurso tan poético y bellamente ponderado acerca de la filosofía de la compañía, que ha sido un mantra por generaciones.
Aquí una parte de lo que dijo:
Cuando todo está dicho y hecho,
este negocio no es más que un símbolo.
Y cuando traducimos esto, descubrimos
que significa que muchas personas grandiosas
tienen una buena opinión de sus productos, y que
una gran multitud tiene fe en la integridad
de los hombres que fabrican los productos.
En un tiempo muy breve,
las máquinas que ahora son tan bulliciosas
llegarán a ser obsoletas.
Y los grandes edificios, a pesar de toda su solidez,
deberán reemplazarse algún día.
Pero un negocio que es un símbolo
puede sobrevivir siempre que haya seres humanos con vida...
porque no está construido de materiales endebles
como el acero y el hormigón.
Está construido de opiniones humanas,
las cuales pueden vivir por siempre.
La buena voluntad de la gente
es lo único que perdura en cualquier negocio.
Es la esencia absoluta. El resto es secundario.