Aunque no encontraron la placa de datos que anhelaba Sam, no había duda de que los Johnson habían hallado el avión de H.F.
Colocaron una placa de granito frente al tesoro hundido, donde se lee: “Yo soy Carnaúba. Mi verdadero hogar no es esta bahía, sino el corazón de todos aquellos que aman la aventura”. Fue un bello tributo a Sam y a H.F., el encuentro del pasado y el presente, con la promesa de más aventuras por venir.
Como Fisk les escribió a los empleados después de la expedición exitosa: “Este verano, encontramos el avión que fue tan importante para mi padre. Pero descubrimos mucho más que los restos de un avión perdido. Después de todos estos años, ese avión y la aventura que simboliza volvieron a unir más a mi familia”.
“El llamado a la aventura es gran parte del legado que compartimos todos nosotros en SC Johnson. Aún nos esperan muchas aventuras más, si tenemos la voluntad y la ingenuidad para emprenderlas”.